Cine
Christopher Lee y el Drácula de mitad de siglo
Cuando todo parecía indicar que la decadencia había alcanzado al vampiro más famoso del mundo, llegó una película que si bien no logró reinventar el mito; si consiguió revitalizarlo, además de presentar al único y verdadero señor oscuro del cine, un digno sucesor para el legendario Bela Lugosi, el mismísimo Christopher Lee.
Para la década de los 50s, el cine de monstruos estaba a la baja. La Universal, precursora de esta corriente fílmica, parecía haber gastado por completo la formula, aunado a que muchas de las estrellas que encabezaban los repartos habían envejecido. Fue entonces que una nueva productora entró al relevo, y siguiendo los lineamientos marcados por su predecesora, apostó por una propuesta más acorde a la época. Se trataba de la Hammer Films, modesta productora inglesa cuyo primer lanzamiento fue La maldición de Frankenstein, corría el año de 1957. La cinta, cuyo titulo original fue “The Curse of Frankenstein”, tuvo un recibimiento espectacular por parte del público y la critica, dando pie a que al año siguiente se anunciara el regreso de otra leyenda a las pantallas, el inigualable Drácula.
La Hammer claro está, fue sobre seguro y decidió darle continuidad a todo el equipo creativo responsable de su exitosa versión sobre el monstruo de Frankenstein. Así pues, Terence Fisher repitió en la dirección, y Jimmy Sangster se hizo cargo del el guión, una mancuerna cuyo primer gran reto fue lo limitado de su presupuesto, lo que más bien convirtieron en un estimulo, que redituó en la que quizás sea la mejor cinta que se ha hecho sobre Drácula. Y es que al no contar con el apoyo de grandes efectos especiales, tanto la historia como el tratamiento, se enfocaron en la parte carnal del personaje, dotándole de una novedosa verosimilitud.
La historia no sufrió cambios drásticos en relación a otras adaptaciones, salvo algunas cuestiones de contexto y el peso dramático que se le da a ciertos personajes. Todo inicia cuando el conde Drácula decide cambiar de residencia yendo de los Cárpatos a occidente. Para este fin se sirve de un contador que le visita para arreglar los detalles del traslado y viaja con él como su servidor. Ya en su nuevo hogar , el conde se enamora de una joven que por cierto ya esta comprometida, y comienza a hacerle visitas nocturnas para ir bebiendo poco a poco su sangre. Esto provoca que la familia de la joven se ponga en contacto con un experto investigador, el celebre doctor Van Helsing, iniciando así la gran rivalidad.
A CONTINUAR LA LEYENDA
El meticuloso trabajo de Fisher redunda en atmósferas elegantes y sobrecogedoras, con llamativos decorados realizados por Bernard Robinson, y un sutil manejo de las tonalidades por parte de Jack Asher, responsable de la fotografía, esta vez en technicolor; además de contar con el acompañamiento de una sugerente banda sonora cuya autoría es de James Bernard.
Pero si algo hay que destacar, es la efectividad de un reparto ahora ya legendario. Por un lado, en el papel principal, Christopher Lee, a quien en ningún momento le pesa el hecho de tener que llenar el hueco dejado por Bela Lugosi, y construye un Drácula de una poderosa carga sexual, atractivo y seductor pero al mismo tiempo cruel y repulsivo. Su presencia es poderosa, perversa y sobrenatural. En contraparte, Peter Cushing, quien luego se hiciera famoso por interpretar al general Mof Tarking en la cinta Star Wars: una nueva esperanza; el se hace cargo de dar vida a Van Helsing, el eterno antagonista del Conde de Transilvania, enfrascándose en un inolvidable duelo actoral con Lee.
Por último y para completar el cuadro, esta Carol Marsh, bella actriz que interpreta a Lucy, una cándida y débil chica quien luego de caer en las garras del vampirismo, da rienda suelta a sus instintos carnales más básicos y perversos, intentando incluso seducir a su sobrina de diez años. Este es uno de los grandes aportes de esta cinta al mito cinematográfico de Drácula, aquí se explora y explota de forma mucho más contundente que sus predecesoras, el aspecto sexual y el erotismo.
Pese a todo lo anterior la cinta, revalorada muchos años después, en su momento fue calificada como un verdadero bodrio. Su presupuesto fue de 81.412 libras, se estrenó en Londres el 22 de mayo de 1958, y tuvo una nominación a mejor representación dramática, esto en los premios Hugo de 1959. Se trata de titulo imprescindible dentro de la historia del cine de vampiros, que regresó a los primeros planos al Conde Drácula, y que marcó el inicio de una nueva era para los llamados monstruos clásicos, esta vez bajo el auspicio de la productora Hammer films. De revisión obligada y más en este 2028, que se cumplen 60 años de su estreno.
EL DIRECTOR
TERENCE FISHER, DETRÁS DEL TERROR
Considerado uno de los grandes representantes del cine de terror de mediados del siglo pasado, Fisher fue uno de los primeros en realizar películas de este genero en technicolor. Durante mucho tiempo se le consideró un realizador menor de cine de serie b, sin embargo su aportación fílmica hoy en día es innegable. Su cine se caracterizó por mezclar con acierto, elementos sobrenaturales con erotismo y sexualidad, además de una presencia importante de la sangre, lo que aunque no era totalmente explicito, en su momento no tenia precedente. Entre otras de sus películas están The Hound of the Baskervilles de 1958, The Mummy de1959, The Curse of the Werewolf de1960, y The Phantom of the Opera, de1962.
EL PROTAGONISTA
CHRISTOPHER LEE, SEÑOR OSCURO DEL CINE
Sin duda se trata de uno de los actores más representativos del cine de terror. Nacido en Mayo de 1922 en Londres, Inglaterra, Christopher Frank Carandini Lee, ya desde antes de ponerse bajo la piel de Drácula; había participado en diversas películas entre las que destaca la celebre adaptación de Hamlet, realizada por Laurence Olivier. Pero el despegue de su carrera, llegó cuando se hizo del papel del Monstruo de Frankenstein en la reinterpretación que la Hammer hiciera sobre el personaje en 1957. A partir de entonces, su filmografía se llenó de títulos de terror y fantasía en dónde dio vida a villanos y criaturas sobrenaturales como la Momia, Fu Man Chú, y Rasputín. Se mantuvo vigente gracias a su participación en películas de Tim Burton como El jinete sin cabeza de 1999 o El cadáver de la novia del 2005, amén de darse el lujo de aparecer en dos de las sagas fílmicas más importantes, Star Wars, haciendo el papel de Darth Tyranus y El señor de los anillos interpretando al terrible mago Saruman. Curiosamente, un brillante preludio para la partida de este mundo, del que fuera el verdadero Señor Oscuro del cine, falleció el 7 de junio de 2015.
LA ANÉCDOTA
ESE NO ES SU NOMBRE
La cinta cuyo titulo original es simplemente Drácula, en los Estados Unidos se estreno bajo el nombre de El horror de Drácula, lo cual ha creado diversas confusiones a la hora de ser citada en diversas fuentes. Esta producción tuvo diversas secuelas, entre ellas Drácula, príncipe de las tinieblas en 1966; Drácula vuelve de la tumba, de 1968; y El poder de la sangre de Drácula, de 1970.
DRÁCULA
Titulo original: Drácula
Director: Terence Fisher
Nacionalidad y año: Reino Unido, 1958
Reparto: Intérpretes: Peter Cushing, Christopher Lee, Michael Gough, Melissa Stribling, Carol Marsh, Olga Dickie, John Van Eyssen, Valerie Gaunt, Miles Malleson, Charles Lloyd-Pack, Janine Faye, George Woodbridge, Barbara Archer, George Merritt, George Benson, Geoffrey Bayldon.
Productor: Anthony Hinds, Michael Carreras
Guión: Jimmy Sangster, sobre la novela de Bram Stoker
Fotografía: Jack Asher
